Las palabras de Jesús en la cruz: «Tengo sed» (Jn 19, 28) son una revelación destacada del amor de Dios por los hombres e influyeron extraordinariamente en la vida espiritual de santa Teresa de Calcuta. Detrás de su actividad caritativa exterior se esconde una experiencia espiritual intensa con Dios.
En el presente estudio se analiza la forma en que santa Teresa de Calcuta comprendió la sed de Jesús, realizando un recorrido de su itinerario biográfico-espiritual y ofreciendo una exposición sistemática de la comprensión que ella tuvo de la sed de Jesús.
Además, se realiza una exégesis bíblica del «Tengo sed» para descubrir su interpretación dentro de la propia Escritura, y establecer así la correspondencia con el modo de entender y vivir las palabras de Jesús por parte de santa Teresa. De esta forma, se comprueba también en este caso que los santos son verdaderos exégetas de la Escritura.

Luis IX de Francia, al filo de la muerte en la costa africanade Cartago, siente miedo: le quedan pocos días o pocas horas -qién sabe- para responder ante Dios, no sólo en su nombre, sino en nombre de su pueblo. En su primera Cruzada (1248-1254, séptima de la cristiandad), Luis IX de Francia había fracasado: de Chipre a Damieta, de Damieta a Acre, de Acre a Cesarea, Antioquía, Jaffa, Naplouse... En su segunda, última y brevísima cruzadam agoniza a los pocos días de acampar ¿Cabe mayor fracaso? ¿qué significa la Cruz que precede a una resurrección que no comprendemos?

Tienes en tus manos el Documento Final de la Asamblea Diocesana celebrada en la Diócesis de Burgos del 2019 al 2022.
El libro recoge el marco teológico pastoral, los núcleos temáticos: la alegría de creer hoy: renovar el encuentro con Jesús; el gozo de vivir como Iglesia; el júbilo de compartir la fe. Y también otros ámbitos, como el patrimonio cultural (gestión económica, dimensión cultural y posibilidades evangelizadoras), la economía diocesana: transparencia y autofinanciación y la misión ?ad gentes? y cooperación entre Iglesias.
Incluye también el ?Mensaje final? y varios anexos que recogen diversa documentación.
Y concluye con un índice temático del documento.

El silencio siempre ha acompañado a la palabra de Dios, sobre todo al que es LA PALABRA DE DIOS (con mayúscula), su Hijo Jesucristo que se ha hecho carne y ha resumido cuanto Dios nos ha dicho y hecho a lo largo de su historia de amor y salvación desde el principio del Génesis y ha dado su plenitud.
Ximo, de nuevo, con esta obra, canta con las criaturas la obra de Dios, y con los hombres, en salza a su Dios y proclama las maravillas que Dios hace en favor nuestro.
Es canto, silencio, proclamación, que deja a Dios ser Dios, y que se abre a Dios y a su don por todo.

Este es un libro especial, escrito por un psiquiatra de raza. Es el compendio y extracto de una trayectoria vital y profesional muy dilatada, reposada y llevada a cabo a través de una presentación de casos y de sus circunstancias (cf. Prof. J.Ma. Martínez Selva).
Es un libro que merece ser leído con calma y delectación, no solo por los especialistas en psiquiatría o psicología, sino también por el público en general interesado en estos temas e incluso para aquellos que quieran conocer los entresijos más íntimos del alma humana (cf. Prof. M. Bousoño

?Leer a san Juan de Ávila en su lengua original, en castellano del siglo XVI, es un placer añadido, que acompaña al sabor y la sabiduría que tienen sus escritos. Pero para acercar tales escritos a las personas de hoy, y sobre todo a los jóvenes de hoy, ese lenguaje constituye una barrera a veces difícil de superar.
Por eso, me parece muy acertada la iniciativa de D. Pablo Cervera Barranco, sacerdote diocesano, de poner en castellano de nuestros días este tesoro de doctrina que se encierra en los escritos de san Juan de Ávila. Es como si ante un tesoro escondido nos dieran las pautas y la clave para rastrearlo y encontrarlo en todo su frescor y originalidad (Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, Prólogo).
El mismo san Juan de Ávila, en el prólogo de su libro, señala que toma las palabras del salmo 44 (45, versículo 11): ?Oye, hija? (?Escucha hija?), para dar título a este libro (?Audi filia?). En él encontramos lo esencial de la doctrina espiritual del santo. El libro trata, en sus propias palabras, de los lenguajes del mundo, del demonio y de la carne, así como de los remedios contra ellos, de la verdadera fe católica, los sentimientos espirituales falsos, el propio conocimiento, la oración, la meditación, la penitencia, y de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo, de la misericordia de Dios, del amor al prójimo y de la hermosura del alma, que se pierde por el pecado.

Fulgencio de Bargota Jerónimo Segura Gómez (30 de septiembre de 1989 ? 10 de mayo de 1930).
Este religioso capuchino navarro falleció repentinamente de tifus en Sifengchen, Prefuctura de Pinpliang (China). Desde allí escribió regularmente cartas a su comunidad en Pamplona, que luego se publicaron en la revista ?Verdad y Caridad?. Se reeditan en este libro por su interés de la marca Navarra.
El compañero de viaje y de vivencias, Rafael de Gulina, decía tras la muerte de Fulgencio: «uno de los primeros valores morales e intelectuales de la Misión. La vista de tanto dolor, y las privaciones que por atenuarlo se imponía, le rindieron en su plenitud, cuando más alto marcaban sus sueños de grandeza para la Misión».
Su ardor misionero lo muestra en una de sus cartas, donde recuerda su tierra natal y su literatura, que adapta a la situación en que vive en China: «Y como el héroe de Amaya de pie sobre la cumbre de Aralar en el pico de Alchueta, empuchando su ?ezpata? lanzó aquel grito de ambición: ?Tierra de los vascos, tú serás mía?, nosotros con el crucifijo en la mano, lanzamos al aire otro grito de ambición misionera: ?¡Tierra de Kansu, tú serás de Cristo! ¿Qué valdrán todos los obstáculos, si Cristo está con nosotros??».

El ?Diario? es el escrito más importante de Teresa de Los Andes, en el que se retrata su vida interior y el que mejor refleja su vida entera. Es la mejor guía para seguirla en su itinerario espiritual, que alcanza el grado más elevado de madurez humana y las más altas cimas de la mística de la mano de los grandes maestros del Carmelo.
El presente comentario tiene un carácter biográfico con las siguientes novedades:
Es una exposición íntegra del texto del ?Diario?.
Tienen un valor no solo biográfico, sino también literario, que sabe armonizar los diferentes planos expresivos de sus vivencias en una unidad integradora.
Su mensaje sintoniza con los grandes temas de la espiritualidad y de la mística contemporáneas, destacando su experiencia del amor misericordioso.
Recoge una rica documentación, en gran parte inédita, ofreciendo una lectura pedagógica de su experiencia y de su vida.

?Los desiertos de Dios? es una obra inscrita en el vocabulario y enfoque de la espiritualidad y del misticismo occidentales con aroma de la sabiduría oriental.
En la era de las redes sociales, medios instantáneos de comunicación apilados unos sobre otros para que nunca se interrumpa el flujo de imágenes y palabras, ¿cuál es la parte, en nuestras vidas, de la soledad aceptada?, ¿qué aprendizaje podemos vivir de un desierto interior? Si el silencio circundante se ha vuelto imposible o insoportable para nosotros, ¿qué pasará con el silencio que quiere instalarse en nuestro interior? Y, sin embargo: ?Silenciosa es la vida que viene de Dios para animar al hombre y silencioso el don que el hombre hace de sí mismo a su Dios?.
Yves Raguin nos comparte una experiencia espiritual que pretende ?ayudar? a los que se lanzan a adentrarse en la mayor aventura que puede vivir el ser humano: peregrinar hacia su mundo interior, hacia la profundidad de su ser para encontrar la Fuente, el Origen, el Amor?
Encontrarán en el camino: La entrada al desierto. El desierto de la soledad y la sed. El oasis del gran encuentro. El desierto del Absoluto. Más allá del desierto, la unión.

La lucidez con que san Juan de la Cruz ilumina las páginas de este libro tentador es un regalo personal que nos hace a los lectores. Ya sus poemas estaban pidiendo la claridad más generosa en el decir y la alegría más retozona en el comentario.
Proclamamos lucidez en la mente y en las palabras, y nos asociamos así a la luminosidad que siembra, y a veces esconde bajo lo inefable, este altísimo poeta y no menos alto prosista.
De verdad que lo que dijo Manuel Machado, a otro propósito: ?Juan de la Cruz es el más santo de los poetas y el más poeta de los santos?, y, en este otro caso, hay que decir que esto mismo le pasa con la capacidad luminosa de su mente y de sus palabras.